Si sus célebres perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio, en el lugar menos regio de los jardines. Y no habría conocido a Norman, el joven y pelirrojo pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada?. Porque una reina nunca debe ser interesante, ni tener otros intereses que los de sus subditos. Y jamás habla de sus gustos, sólo pregunta por los de ellos. Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Tiempo atrás le habia concedido un título nobiliario menor, y recordaba su tan singular peinado. Y de Compton-Burnett a Proust, que leerá en una de sus estancias en Balmorai, y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido una reina, una pura entelequia, un lugar vacio ocupado por una fuerte idea del deber, descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer. Alan Benet, que desde 1.960 se pasea de la televisión al teatro, del cine a los libros, de la alta a la baja
Alan Bennett.
Es autor de muchas y celebradas obras teatrales como Habeas Corupus, Forty One Years Old, Kafka's Dick o The Madness of George III (adaptada después al cine), guiones cinematográficos como Prick Up Your Ears (basado en la vida de Joe Orton) y piezas televisivas, en especial Talking Heads y An English-man Abroad, que lo han convertido en uno de los autores británicos más queridos, o la selección de sus diarios Writing Home. Asimismo, es muy apreciado como actor. En 2.003 recibió el British Book Award por la otra de una vida, y fue calificado como "nuestro Tesoro Nacional", aunque naturalmente Bennett detesta esta frase. En Anagrama se han publicado sus novelas cortas Con lo puesto y La ceremonia del masaje.