domingo, 31 de diciembre de 2017

Enero 2017. Momo, de Michael Ende




En estas fiestas tan señaladas, una lectura muy apropiada.

En las ruinas de un anfiteatro, justo afuera de una ciudad de Italia sin nombre, vive una niña huérfana llamada Momo, que posee una habilidad extraordinaria de saber escuchar. Momo tiene amistad con todos y especialmente con el barrendero Beppo y el guía turístico Gigi.

Esta atmósfera placentera acaba con la llegada de los hombres grises, unos extraños individuos que representan al Banco de Tiempo y promocionan la idea de ahorrar tiempo entre la población (tiempo que puede ser depositado en el Banco y devuelto al cliente después, con interés). En realidad, hacen que la gente lo olvide todo salvo su obsesión por ahorrar todo el tiempo posible para un hipotético uso posterior. Gradualmente, la siniestra influencia de los hombres grises afecta a toda la ciudad: la vida se torna estéril, se deja de hacer todo lo que se considera perder el tiempo, como el arte, la imaginación o incluso dormir. Los edificios y las ropas están hechos exactamente de la misma forma para todos y el ritmo de vida se torna ajetreado. En realidad, cuanto más tiempo ahorra una persona, menos tiene: los hombres grises lo consumen en forma de cigarros, hechos de pétalos secos de las flores horarias que representan el tiempo. Sin esos cigarros, los hombres de gris no pueden existir.

Momo, por su especial personalidad, se convierte en un obstáculo para los planes del Banco de Tiempo. Los hombres grises intentan infructuosamente deshacerse de ella. Momo, junto a la tortuga Casiopea (que se comunica con ella gracias a los mensajes luminosos de su caparazón) se enfrentará a la dictadura de los hombres grises y terminará con ellos. Para ello, Momo deberá ir al mismo manantial del tiempo y así devolver el tiempo a todos.

Nos vemos el próximo martes 16 de enero a las 20 h en la Biblioteca Municipal. Centro Cultural Azarbe

domingo, 17 de diciembre de 2017

DICIEMBRE 2017. La sonrisa etrusca, de Jose Luis Sampedro



ÚLTIMA SESIÓN DE 2017

Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud... Una bellísima novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del alma humana. Sin duda, una de las mejores novelas de José Luis Sampedro, autor aclamado por la crítica y también por el público.

La sonrisa etrusca, parece escrito con vocación de sencillez y fuerza. "Escribo con una pasión enorme", dice José Luis Sampedro. "La pasión de expresarme. En el libro no hay trucos literarios. Está escrito con la máxima sencillez que he podido alcanzar". La novela de este hombre descomplicado y entusiasta, que se tiene por un buen constructor de historias, trata de un viejo partisano calabrés que viaja a Milán para ver al médico y descubre a su nieto, y a través de él vuelve a vivir. 

"Hay muchas historias en la novela", reconoce Jose Luis Sampedro, "pero en la vida siempre hay muchas historias". Todas ellas tienen un precedente en la vida real. La pasión por la naturaleza, representada en ese viejo anarquista que Sampedro retrata cálidamente viene de aquel año que pasó cuando tenía 9 ó 10 en casa de su tío el médico en un pueblecito de Soria, y de la guerra de España; mejor dicho, de sus recorridos por los campos, soldado sucesivo en los dos ejércitos enfrentados, y de su contacto con sus colegas campesinos. En la guerra llegó como máximo a cabo. "Ya entonces no me gustaba mandar", dice. De aquel recuerdo nació también El río que nos lleva y, posteriormente, su nombramiento de Ganchero Mayor del Reino con el que lo condecoró el ayuntamiento conquense de Peralejos de las Truchas.La historia del abuelo y el niño: "Hombre, claro", reconoce Sampedro, "ése es el gran tema". En su despacho, en un rincón, un triciclo. Reconoce más cosas: el niño es su nieto, Miguel, de cuatro años, que vive en Aravaca, Madrid, y con quien va a jugar muchas tardes, y reconoce que los pasajes que al niño atañen son verdaderos como pocos. "Toda novela a la que uno se entrega podrá ser mala, pero es autobiográfica".


Os esperamos el próximo martes 19, a las 20 h. en la Biblioteca Municipal de Zaratán. Edificio Azarbe