lunes, 29 de mayo de 2017

Junio 2017. El balcón en invierno, de Luis Landero



Si Marcel Proust se sirvió de una magdalena mojada en té como motor de la evocación, Landero no necesita más allá de un balcón. Asomado a la calle, a la vida, el narrador pinta un fresco —a veces doloroso, a veces colorista, siempre apasionante— de su pasado (infancia, adolescencia, juventud y edad adulta) y de su presente, el de escritor paralizado ante la búsqueda del adjetivo perfecto, al mismo tiempo disconforme y entusiasta del primer capítulo de una posible novela y, en fin, procrastinador literario. El balcón en invierno va de una vida hecha con los mimbres del dolor, la búsqueda de la identidad, la muerte y la vida.

"El balcón en invierno" comienza con el intento abortado de escribir una novela sobre un jubilado que pasea con un revólver (la trama que él mismo define como insincera al estar escrita "con oficio más que con devoción" resulta bastante prometedora hasta el punto de que deja con las ganas de más). Al autor no acaba de convencerle, por lo que decide realizar un recorrido autobiográfico por significativos pasajes de su vida, tras una salida al balcón que le recuerda otra similar junto a su madre, tras la muerte de su progenitor, en 1964. Landero se detendrá en sus primeros trabajos como chico para todo de una tienda de ultramarinos y aprendiz de mecánico, en el primer libro que tuvo, su reconversión en poeta, en su carrera en el mundo de la farándula, etc.


Estas memorias de Landero tienen un gran valor para los apasionados de sus escritos, pues saca a la luz las claves que dieron lugar a sus mayores hallazgos, tal y como sucedía con "Vivir para contarla", donde Gabriel García Márquez, explicaba minuciosamente el noviazgo de sus progenitores que inspiró su magistral "El amor en los tiempos del cólera".

Así, el extremeño explica la relación con su primo, Paco, un tipo imaginativo y optimista que le contagió su pasión por evadirse de la realidad y le abrió las puertas de un futuro creativo. De su mano, dejó un trabajo seguro como oficinista para convertirse en guitarrista flamenco. Los lectores reconocerán fácilmente la relación de Landero con esta persona como la simiente de "Juegos de la edad tardía" y "El guitarrista", sus mejores trabajos. Otros puntos, como su origen labriego le dieron mucho juego en "Entre líneas".

Y es que "El balcón en invierno" versa sobre todo de las relaciones entre fantasía y realidad, tema central de la bibliografía del autor, y que aquí alcanza la genialidad en pasajes como el baile del autor con Sofia Loren. También tienen en esta ocasión enorme importancia otros asuntos, como la nostalgia, la desaparición de la vida rural, el inevitable paso del tiempo y la trascendencia de las relaciones familiares, pues la vida de Landero está muy marcada por su progenitor, prematuramente fallecido. 

Como es habitual, el antiguo profesor de instituto, ya jubilado hace gala de un estilo literario tan evocador como impactante. Y por supuesto, no faltan las notas de humor con las que compensa los pasajes más dramáticos.

Nos vemos el jueves 15, a las 20 h, en la Biblioteca Municipal de Zaratán. Edificio Azarbe.










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